Hoy vamos hablar de la supervivencia, Bienvenidos a Neuroliderar.
Para los seres humanos la prioridad número uno es la supervivencia, nuestro cerebro es responsable de procesar información del entorno y tomar decisiones para garantizar nuestra seguridad y bienestar, por esto los hombres desde tiempos antiguos han sido cazadores ya que necesitan energía, esa energía es vital no sólo para cazar, sino también para sobrevivir, el hombre sabe que sin energía es presa fácil de animales o circunstancias más grandes que él, desde allí podemos decir que nuestro cerebro es vago ya que quiere vivir en modo seguro, cualquier nueva actividad es consumo de energía, lo cual es glucosa más oxígeno y está es necesaria o vital para el momento de pelear o huir; por esto el cambio, adaptabilidad, nuevos hábitos, nuevas prácticas , nuevas rutas, hacer neuroplasticidad, generar nuevos patrones dominantes de pensamientos, etc.. son difíciles y hasta cierto punto dolorosos no solo físico, sino también emocionalmente, cuando no tenemos energía nos frezamos y vamos por la vida sin visión, ni propósito y sin objetivos.
Cuando nos enfrentamos a situaciones de supervivencia, el cerebro entra en un estado conocido como «lucha o huida», en el cual se activan los sistemas de respuesta de emergencia para ayudar a la persona a sobrevivir, estos sistemas incluyen la liberación de hormonas como la adrenalina y el aumento del flujo sanguíneo a los músculos para preparar al cuerpo para luchar o huir.
La «lucha o huida» es un mecanismo de supervivencia evolutivo desarrollado a lo largo de millones de años para ayudar a las personas a sobrevivir a situaciones de peligro real, como ataques de animales salvajes, sin embargo, en situaciones modernas, este mecanismo a menudo se activa en respuesta a situaciones de estrés, no físicamente peligrosas, pero sí emocionales como: Una entrevista de trabajo, un examen importante, cuando llegan las facturas al final de mes, cuando tenemos problemas económicos, cuando nuestro jefe o nuestros padres quieren hablar a solas con nosotros, o el director, cuando recibimos una mala noticia, etc… en estas situaciones, las personas pueden experimentar respuestas físicas como sudoración, aumento del ritmo cardíaco y tensión muscular, así como respuestas emocionales como ansiedad y miedo, si no se maneja adecuadamente, el estrés crónico puede tener efectos negativos a largo plazo en la salud física y mental, por lo tanto, es importante aprender técnicas de manejo del estrés y de afrontamiento, para ayudar a manejar las respuestas de «lucha o huida» en situaciones de estrés modernas.
Quiero traer a memoria el caso de los sobrevivientes a la catástrofe de los Andes un grupo de Rugby uruguayos que iban a jugar y el avión se estrelló en la cordillera de los andes, ellos tuvieron que tomar una decisión difícil para sobrevivir y fue empezar a comerse a las personas que conocían, no fue fácil, pero en momentos de supervivencia del ser humano toma decisiones poco racionales.
Otro ejemplo de supervivencia extrema real es la historia de Aron Ralston, quien estaba escalando en las montañas del oeste de Estados Unidos cuando una roca se desprendió y lo atrapó con su brazo. Pasó cinco días atrapado en las montañas antes de tener que amputarse el brazo con una navaja para poder escapar, a pesar de las condiciones extremas y el dolor físico, Ralston logró sobrevivir y llegar a un lugar seguro, esta historia es un ejemplo de cómo el cerebro humano es capaz de superar situaciones extremas y encontrar soluciones a problemas a pesar de las adversidades.
La supervivencia se divide en dos categorías: la supervivencia física y la supervivencia psicológica:
La supervivencia física se refiere a las necesidades básicas del cuerpo, como alimentación, agua y refugio. el cerebro monitorea constantemente estas necesidades y toma medidas para satisfacerlas, como buscar comida o encontrar un lugar seguro para descansar.
La supervivencia psicológica se refiere a las necesidades emocionales y sociales del individuo, el cerebro también monitorea estas necesidades y toma medidas para satisfacerlas, como buscar compañía o evitar situaciones peligrosas.
El cerebro también juega un papel importante en el aprendizaje y la memoria, estos procesos son esenciales para la supervivencia ya que nos permiten aprender de nuestros errores y recordar información valiosa para enfrentar situaciones similares en el futuro.
En resumen, la supervivencia es esencial para nuestro cerebro y es la principal función que nos permite sobrevivir como especie, es importante cuidar nuestro cerebro y proporcionarle los recursos necesarios para garantizar su correcto funcionamiento y nuestra supervivencia, es de vital importancia que no es bueno para nuestra salud física y mental vivir en modo supervivencia ya que esto nos traerá problemas emocionales y físicos, que repercutirán en nuestras relaciones cercanas, el objetivo es entender que no hay un dientes de sable, un mamut o lo que sea esperándome afuera para devorarme, sino ser precavidos en cada paso que damos, pero seguros que estaremos bien, así podremos gestionar de manera efectiva nuestras emociones primarias y tener un vida llena de bienestar.
Te compartimos 9 disciplinas para que nuestro cerebro este seguro de nuestra supervivencia:
- La nutrición adecuada es esencial para el buen funcionamiento del cerebro, especialmente durante situaciones de supervivencia. Una dieta equilibrada rica en antioxidantes y nutrientes esenciales puede ayudar a proteger el cerebro de los efectos del estrés y mejorar la capacidad cognitiva.
- La actividad física regular es otra forma importante de ayudar a nuestro cerebro a sobrevivir. El ejercicio ayuda a aumentar la circulación sanguínea, mejorar la capacidad cognitiva y reducir el estrés.
- El sueño adecuado es esencial para el buen funcionamiento del cerebro. Durante el sueño, el cerebro se dedica a procesar la información recolectada durante el día y a reparar y regenerar las células cerebrales.
- La meditación y la relajación son técnicas efectivas para ayudar a reducir el estrés y mejorar la capacidad cognitiva.
- La educación continua es esencial para mantener el cerebro activo y en forma. Aprender cosas nuevas y desafiar el cerebro a través de actividades mentales y cognitivas ayuda a mejorar la capacidad cognitiva y a prevenir el declive cognitivo.
- La socialización es importante para el buen funcionamiento del cerebro, las relaciones sociales y las conexiones interpersonales ayudan a reducir el estrés y a mejorar el bienestar emocional.
- La gestión del estrés es esencial para ayudar a nuestro cerebro a sobrevivir, aprender técnicas efectivas para manejar el estrés, como la meditación, la relajación y el yoga, puede ayudar a proteger el cerebro de los efectos del estrés.
- La creatividad es importante para el buen funcionamiento del cerebro, a través de la creatividad, podemos encontrar soluciones innovadoras a los desafíos y problemas, y desarrollar nuestra capacidad cognitiva.
- La resiliencia es esencial para ayudar a nuestro cerebro a sobrevivir. Aprender a ser resilientes, es decir, a recuperarse rápidamente de las dificultades y a adaptarse a los cambios, ayuda a proteger el cerebro de los efectos del estrés y a mejorar la capacidad cognitiva.
Edison Gaitán.