Entrenamiento de resistencia: Escudo cerebral y potenciador del aprendizaje

octubre 11, 2024

Los campos de la salud y la gestión del rendimiento cognitivo tradicionalmente han enfatizado la importancia de la actividad física regular para prevenir enfermedades cardiovasculares, controlar el peso y mejorar el estado de ánimo. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que sus beneficios van mucho más allá, posicionando el ejercicio como un poderoso escudo protector para nuestro cerebro y un refuerzo directo del aprendizaje y la memoria.

El papel del ejercicio aeróbico en la neuroplasticidad
Según un estudio del neurocientífico Fernando Gómez Pinilla, el ejercicio aeróbico como correr, nadar o andar en bicicleta juega un papel crucial a la hora de estimular la producción de la proteína del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF por sus siglas en inglés). Esta proteína es esencial para la neuroplasticidad porque promueve la formación de nuevas conexiones sinápticas entre neuronas, que son esenciales para los procesos de aprendizaje y memoria. Además de promover la formación de nuevas conexiones neuronales, el BDNF también tiene propiedades neuroprotectoras que ayudan a mantener la integridad de las células cerebrales durante el estrés y el envejecimiento. Esto significa que el ejercicio aeróbico regular no sólo mejora nuestra capacidad para aprender cosas nuevas, sino que también optimiza la retención a largo plazo de la información adquirida.

Evidencia científica de los efectos del ejercicio en el aprendizaje.
Diversos estudios confirman los efectos positivos del ejercicio sobre la función cognitiva y la salud del cerebro. Éstos son algunos de los más relevantes:

a. Investigación con ratas de la Universidad Autónoma de Barcelona: un equipo de neurocientíficos demostró que las ratas que podían utilizar una rueda para correr mostraban mejoras significativas a la hora de resolver un laberinto en comparación con las ratas que no podían hacer ejercicio. Los resultados muestran que la actividad física mejora las habilidades de resolución de problemas y la memoria espacial, que son esenciales tanto en entornos animales como humanos.


b. Estudio de la Universidad de Illinois: En un estudio realizado con personas mayores de 55 años, se observó que las personas que caminaban regularmente entre 30 y 45 minutos diario, tenían un aumento del 2% en el tamaño del hipocampo después de un año de actividad física en comparación con las personas que solo hacían ejercicios de tonificación. El hallazgo es significativo porque la degeneración del hipocampo, un área del cerebro crítica para el aprendizaje y la memoria, a menudo se asocia con el envejecimiento cognitivo.


c. Estudio de Hillman et al. Niños: Las investigaciones muestran que los niños que participan en una caminata rápida de 20 minutos obtienen resultados significativamente mejores en pruebas de ortografía, lectura y matemáticas que los niños que no participan en actividad física. Estos hallazgos resaltan la importancia del ejercicio aeróbico para mejorar la atención y la función ejecutiva en el desarrollo temprano.

d. Relación entre resistencia cardiovascular e inteligencia: Alberg et al. Se encontró una correlación directa entre la resistencia cardiovascular y la capacidad cognitiva general, lo que sugiere que las personas con mejor salud cardiovascular son más capaces de procesar información y resolver problemas complejos.

Más allá del ejercicio: factores clave en la salud del cerebro
Aunque el ejercicio aeróbico es un componente importante del rendimiento cognitivo, no es el único determinante. La genética, la estimulación intelectual, la nutrición y el buen descanso son igualmente importantes para el desarrollo y mantenimiento del cerebro.

  • Gimnasia mental. Actividades como leer, resolver acertijos, aprender un nuevo idioma o desafiar tu mente son esenciales para mantener tu cerebro activo y adaptable.
  • Nutrición y ácidos grasos omega-3: los ácidos grasos omega-3, especialmente el DHA que se encuentra en el pescado, son esenciales para la estructura y función de las neuronas, facilitando la comunicación entre las células cerebrales.
  • Sueño reparador: Dormir de 7 a 8 horas al día es fundamental para la consolidación de la memoria y la plasticidad cerebral, lo que ayuda al cerebro a procesar y almacenar información de manera eficiente.

Conclusión
Cuando se trata de liderazgo y bienestar, es importante comprender que la actividad física regular no sólo nos mantiene saludables, sino que también mejora nuestra capacidad para liderar, innovar y tomar decisiones informadas. Las técnicas neurocientíficas aplicadas a la gestión personal y organizacional nos proporcionan poderosas herramientas para potenciar nuestras capacidades cognitivas, proteger nuestro cerebro y, en general, mejorar nuestra calidad de vida. Las investigaciones muestran que al hacer que el ejercicio aeróbico forme parte de nuestra rutina diaria, no solo mejoramos el rendimiento cognitivo, sino que también creamos una barrera protectora contra el deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento y el estrés cotidiano.

Edison Gaitán


Bibliografía:

Alberg M. et al (2009). Cardiovascular fitness is associated with cognition in young adulthood.

Gómez Pinilla y Hillman (2013). The influence of exercise on cognitive abilities.

Hillman C. et al (2009). The effect of acute treadmill walking on cognitive control and academic achievement in preadolescent children.

Hillman et al. (2014). Effects of the FitKids randomized controlled trial on executive control and brain functions.

Sibley B. y Etnier J. (2003). The relationship between physical activity and cognition in children.

Winter B. et al (2007). High impact running improves learning.